Alexandre Tansman
Biografía

ALEXANDRE TANSMAN (1897-1986)
Alexandre Tansman nace en Lodz, Polonia, el 12 de junio de 1897. En 1918 termina simultáneamente estudios musicales y de derecho en Varsovia. Un año después obtiene los tres primeros premios en el gran concurso de composición organizado en Polonia tras la vuelta de este país a la independencia. Pero estas obras son consideradas entonces, igual que los primeros conciertos, como demasiado audaces y las críticas fueron duras. Hay que decir que el joven compositor ya en 1916 escribía una música politonal y atonal, recurriendo incluso a una escritura dodecafónica sin haber escuchado hablar nunca de Schoenberg. ¡En esa época en Polonia, apenas se conocían las obras de Debussy y casi nada de Ravel! Decepcionado por esa acogida polaca, el compositor parte para París en 1919, donde es inmediatamente acogido por el mundo cultural y donde conoce a Ravel que le anima y le aconseja: “Ravel me ha enseñado a desarrollar el sentido de la economía musical, de la correspondencia estrecha e íntima entre el contorno y la forma de expresión, a detestar el charloteo y el relleno”. Se hace amigo de los músicos del “Grupo de los Seis”, y de músicos extranjeros residentes en París, como M. Mihalovici, T. Harsanyi, B. Martinu, C. Beck, A. Tcherepnine… (“La Escuela de París”), de la que formará parte. Muy pronto, sus obras se interpretan y son dirigidas por los mejores artistas: primero por Koussevitzky y Golschmann, que propagan su música por Francia y Estados Unidos, luego por directores como Serafin, Toscanini, Monteux, Stokowski, Mengelberg, Horenstein, Baton, etc., y por intérpretes como Gieseking, Rubinstein, Iturbi, Marchex, M. Freund, A. Segovia, B. Michelangeli, Hubermann, Szigeti, Heifetz, etc… Tansman se hace amigo de todos los grandes compositores de la época: Prokofiev, Hindemith, Roussel, Bartók (a él dedicará, a su muerte, la “Sonata nº 5”), Casella, Pizzetti y, por supuesto, Milhaud (a quien dedicará una “Elegía in memoriam” para orquesta).
Realiza sus primeras giras por América, dirigiendo y tocando a menudo él mismo, y hace nuevos contactos que se transformarán en amistades: Schoenberg, Gershwin, C. Chaplin, Copland, etc… En 1933, da la vuelta al mundo interpretando siempre sus propias obras, y conoce éxitos triunfales, tanto en Honolulu como en Tokio, Java, Bali, Singapur, Bombay, Manila, Mallorca, etc..., (escribe su álbum titulado “La vuelta al mundo en miniatura”, para piano). Enriquece también su lenguaje con nuevas armonías y numerosos críticos hablan del “fenómeno Tansman”. Irving Schwerke, eminente escritor y musicólogo, le dedica una monografía. En 1938, el presidente de la República, Albert Lebrun, le confiere al fin la nacionalidad francesa. Ese mismo año se casa con Colette Cras, pianista, hija del compositor y almirante Jean Cras. Pero la guerra obliga al compositor y su familia a huir: figura, en efecto, en la lista negra de Goebbels. Gracias a un comité de socorro dirigido por C. Chaplin, Stokowski, Goossens, y otros, toda su familia puede refugiarse en los Estados Unidos, en Hollywood, donde el compositor comparte la suerte de otros numerosos emigrados europeos: Milhaud, Schoenberg, Toch, Castelnuevo Tedesco, T. Mann, E. Berman, L. Fürtwangler, etc. Establece una amistad casi fraternal con Stravinsky: “La frecuentación de Stravinsky ha contribuido a no buscar en la música más que música, a tratarla como arte autónomo y absoluto, a reencontrar una tradición estética que el neorromanticismo y el expresionismo ha borrado un tanto…” Le dedicará una obra en 1947, y a su muerte, en 1972 “Stèle in memoriam d’Igor Stravinsky”, para orquesta.
En esta especie de “Weimar” de los años de guerra, A. Tansman escribe dos sinfonías (una “In Memoriam por los muertos por Francia”, la 6ª), mucha música de cámara y música de cine en colaboración con grandes realizadores como J. Duvivier, F. Lang, D. Nichols, etc…
En 1946, la familia vuelve a París y la vida musical retoma su pulso con mucho fervor. Es la época de su plena madurez creativa. En el mundo entero, sus obras forman parte del repertorio corriente de conciertos. Continúa sus giras un poco por todas partes: Bélgica, Holanda, España, Israel, Alemania, Italia y, finalmente, Polonia que le descubre y lo acoje como al hijo pródigo concediéndole el Doctorado Honoris Causa en su ciudad natal. Aunque viajero perpetuo, a menudo por fuerza mayor, París permanece hasta su muerte, sobrevenida el 15 de noviembre de 1986, su patria de elección. ¿Compositor francés? ¿Compositor polaco? ¿Compositor judío? En su música se encuentran todos estos elementos.
La herencia artística de Tansman comprende más de 300 obras de las formas más diversas: óperas (“Le Serment”, “La Nuit Kurde”, “Sabbatai Zévi”, “Le Rossignol de Boboli”, “Georges Dandin”), obras grandiosas para coro y orquesta (“Isaïe le prophète”, “Psaumes”, “Prologue et Cantate”), ocho sinfonías, numerosas obras de música de cámara, entre ellas ocho cuartetos de cuerda, conciertos para todos los instrumentos (piano, violín, violonchelo, clarinete, oboe…), ballets (“La Grande Ville”, “Résurrection”, “Bric à Brac”, “Les Habits neufs du roi”, “Le train de nuit”, etc.), música para piano, dos pianos, guitarra, etc…, numerosas músicas de escena y música de cine.
El principio artístico del músico basado en la lógica de la forma, en la simplicidad y la limpidez, en la riqueza de elementos líricos, sin caer por ello en el pathos y el énfasis; su lirismo, donde se encuentra un eco de Chopin, está basado en todas las nuevas conquistas del ámbito de la armonía, y esto se acompaña de una instrumentación coloreada muy original. La musicología habla de “acordes tansmanianos”, de sus “acordes rascacielos”, elaborados con sus concepciones de la armonía. Hay que añadir aún una gran potencia creativa, una cierta facilidad para tratar las técnicas más novedosas, como la polifonía, y el hecho de haber sido influido por todas las formas; el jazz (“Sonatine Transatlantique”, “Suite pour Carnaval”, “Cuarteto para clarinete y cuerda”, “Résurrection”), la música ligera (“Música de mesa”, “Suite ligera”, etc.), la música exótica, el folklore de los pueblos más diversos, la música antigua y, por supuesto, el elemento polaco a menudo destacado (exótico: “Le tour du monde en miniature”, “Mélodies japonaises”, etc., folklore: “Rapsodie polonaise”, “Rapsodie hébraïque”, “Suite de Magellan”, etc…, antigua: “Suite dans le style ancien”, “Suite baroque”, “Variations sur un thème de Frescobaldi”, etc…), músicas de escena: “Christophe Colomb”, “Magellan le Masque rouge”, etc…, elementos polacos: “Mazurkas para piano” (cuatro colecciones), “Suite en el estilo polaco”, para guitarra, etc., “Sinfonietta nº 2”. Alexandre Tansman ha recorrido toda una época de evolución musical, y siempre explotando las nuevas técnicas, nunca ha traicionado sus principios hacia su arte: “Personalmente, pienso que en la música el presente se encadena siempre con el pasado, como si se acumulara… Y, en mi opinión, es ridículo negar lo que se debe a los predecesores por temor a un ataque a la propia personalidad. Pero hay influencias ciegas y absorventes, y las hay solicitadas, que permiten al artista despejar su propia vía sin mermar en su carácter y sus tendencias particulares… No estoy empeñado en ser un músico moderno, quiero ser un músico de mi tiempo; lo que quiere decir intentar alcanzar el objetivo fundamental e inmutable de la música por los medios de su tiempo, o más bien por los medios que mi tiempo ha puesto a punto en su evolución…”
Martine Tansman Martinozzi

Alexandre Tansman obras

Catálogo autor de Alexandre Tansman
[ pdf - 140 Kb ]Discografía
> 2018 / CPO 555079-2 - Alexandre Tansman : Wind Concertos
CONCERTO FOR CLARINET and orchestra
Malta Philharmonic Orchestra
Fabrizio Meloni (clarinet)
Brian Schembri (conductor)
CONCERTO POUR CLARINETTE
Jean-Marc Fessard (clarinet)
the Silesian Chamber Orchestra
Miroslaw Jacek Blaszczyk, conducting
CD Naxos / 8.572402