Jean Rivier
Biografía

JEAN RIVIER (1896–1986)
Nacido en Villemonble, el 21 de julio de 1896, Jean Rivier nos ha dejado el 6 de noviembre de 1986. Ser humano de gran calidad, fue un compositor cuya obra marca la vida musical de nuestro siglo. Como su familia así como sus alumnos más cercanos, todos los que han estado cerca de él saben que ha llevado siempre la vida de la misma manera sobre todos los planos: armonía, generosidad, sinceridad, ternura, pudor, profesionalismo.
La música ha llenado su vida, ha sido su vida, y como él mismo decía: “No habría podido hacer otra cosa”, hasta el punto de que la víspera de dejarnos, aún nos decía “que tenía la cabeza llena de notas”. Hombre verdadero, lleno de fogosidad, otras veces con un “océano de entusiasmo”, sabía también ser de una gran sensibilidad. En un siglo en el que son muchos los buscan una vía, Jean Rivier ha encontrado su destino, la música. Es muy notable, además, ver hasta qué punto ha sido respetado y apoyado en esta decisión por su familia que, sin embargo, evolucionaba en medios diferentes (inmobiliaria, farmaceútica). Sensibilizado ya hacia la música por sus próximos desde la más tierna infancia, Jean Rivier “vibraba”, vivía con fuerza cuando componía o tocaba un instrumento; su piano era su incomparable compañero, pese incluso a tocaba otros instrumentos.
Jean Rivier fue alumno del Conservatorio de París y, más tarde, fue allí profesor. Como algunos han recordado, es una de las personalidades más notables de la escuela neoclásica francesa. Ante todo, la expresión de Jean Rivier rechazaba la facilidad y la novedad demasiado “ligera” y desconfiaba de los “sistemas”. En la escritura de sus obras, que muestran a menudo una gran maestría, es ante todo el corazón y la sensibilidad los que se expresan. Es el ser humano el que ha pasado por sus obras, y no un “teórico” árido.
Su universo estaba ante todo compuesto por su música, su mujer Marie y su habitación. Vivía sobre todo en París en un piso del distrito 5º, pero iba con mucha frecuencia y el mayor tiempo posible, durante el verano, a su propiedad en la Costa Azul, donde la calma y la naturaleza le procuraban un medio agradable y “divino” para cultivar su inspiración. En este universo la calidad de su “Art” se imponía, con una mujer, mi abuela, que formaba uno con él. Sin embargo, muy creyente, no le faltaban a sus obras influencias de la religión. Pero, antes de ser ese ser realizado, la vida de Jean Rivier fue muy dura en el momento de la guerra de 1914-18. Enrolado como voluntario, tuvo una conducta “heroica”. Entre los rarísimos supervivientes de una de las zonas más violentas de ese conflicto, volvió gravemente intoxicado por el gas mostaza y tuvo que ser largamente tratado por la gravedad de sus pulmones alcanzados. En ese momento, de vuelta de una cura, conoció a “mi abuela”, sus estancias en la casa familiar en Marencène (en Charentes) le ayudaron también a recuperarse lentamente. Que llegara a sobrevivir a la guerra fue debido a la buena forma física en la que se encontraba antes de que ésta comenzara.
Bachiller en filosofía, Jean Rivier tuvo una sólida formación musical en el Conservatorio de París, donde fue elumno de Jean Gallon (armonía), Georges Caussade (contrapunto) y Maurice Emmanuel (historia de la música). Esto le permitió obtener con brío el primer premio de contrapunto y fuga en el Conservatorio de París, concurso que el denominaba su “Maestro”. A petición suya, he conservado los manuscritos de fragmentos que dedicaba a personas que admiraba o reconocía. El violonchelo le proporcionaba el gusto por la música de cámara, ya que escribió pronto no solamente una “Rapsodia con orquesta” (1927), sino sobre todo cuartetos y tríos de cuerda, el muy valorado “Grave y presto” y otras obras.
Muy pronto, durante el epriodo de entre guerras, adquirió una posición de relieve en el grupo “Triton” que funda y que, como sucesor del “Grupo de los Seis”, adquiere un lugar importante en la animación de la vida musical parisina. Pese a disponer de un sentido de la escritura muy de “grabador” y un pronunciado gusto por la arquitectura sonora, va a afirmarse cada vez más en la inspiración como su motor principal y, como se ha dicho, la técnica solo habría sido una palanca para traducir su inspiración en el ámbito de la invención.
Sus obras comienzan a ser dirigidas y tocadas por los directores, las formaciones y los intérpretes más prestigiosos de Europa y América. Entre 1936 y 1940, Jean Rivier tiene una parte muy activa en el “Grupo del Triton”, junto con Pierre-Octave Feroud y Henri Barruad. Antes de 1940, ya había representado una tendencia romántica bastante rara en la época, haciendo pasar la expresión musical por encima de toda “abstracción” exagerada. La riqueza de género de sus composiciones es muy grande, y se encontrará incluso en la soltura de escritura la expresión de un neto sentido del humor y otras veces un despojamiento muy convincente. Sabía, ante todo, emocionarnos, incluso ser patético en sus obras.
Nombrado profesor de composición en el Conservatorio Nacional Superior de Música de París en 1948, compartirá esa clase con Darius Milhaud, que estaba ausente de Francia un año de cada dos, y la asumirá completamente de 1962 a 1966, año de su jubilación. Fue ese un momento bastante doloroso; se sobrepuso felizmente, pero hay que hacer notar que durante su periodo como profesor, formó a numerosos jóvenes compositores que han dado que hablar muy favorablemente. La calidad de la enseñanza que dispensaba a sus alumnos le hacía muy apreciado y ha marcado claramente al Conservatorio.
Poseedor de un espíritu muy abierto, como Frédéric Robert lo ha hecho notar, Jean Rivier ha sido sensible a diversas formas de expresión, como las teorías de Le Corbusier, así como la poesía (Ronsard, Du Bellay, Péguy, Chalupt, Valéry, Apollinaire y otros). Así es como ha compuesto obras interesantes en las que se expresan aspectos menos conocidos de su talento. Jean Rivier, como todo artista, tenía un lado soñador, pensativo, creativo, imaginativo e incluso si era un compositor que estaba ligado a principios de composición sólidos, mantuvo también entra las dos guerras un gusto por la novedad. Mi abuelo fundía tendencias calidas con un estilo personal y original en un medio frío y rígido, en el que la expresión personal estaba a menudo frenada. Jean Rivier fue hacia lo abstracto en el marco de su efervescencia creativa, y eso le ha valido el calificativo de “hombre de lo abstracto” por Claude Rostand. De este modo, pudo componer numerosas sinfonías y conciertos, obras en las que se puede rastrear a la vez el pensamiento creativo del autor y la seguridad de su escritura, produciendo un estilo personal.
Compuso numerosas obras de alta calidad entre las que hay que hacer notar el “Christus Rex”, su impresionante “Requiem” y un notable “Salmo LVI”, actualmente inédito. Desgraciadamente, a raíz de problemas con la vista en el crepúsculo de su vida, no tuvo la posibilidad de componer obras largas.
En tanto que nieto de Jean Rivier, he quedado muy marcado por la calidad de su persona y por su autenticidad, pero también por su música, ya que cuando se la escucha se tiene deseo de decir: “MÁS AÚN… MÁS AÚN…” Aún era la palabra que yo empleaba cuando era muy joven encuchándola, mientras que era literalmente “transportado” y bajo su encanto, así es como lograba hacernos vibrar y emocionarnos. Deseo que su música viva y espero que sus editores ayudarán a ello, a fín de que, como dice Antoine Goléa, seáis felices al sentir hasta qué punto su música sobrepasa el “género anecdótico”, y hasta qué punto se vibra y se viaja gracias a ella.
Tuyo afectísimo Jean Rivier,
Tu nieto, Didier Rivier
El Conservatorio de Villemonble ha tomado el nombre de Jean Rivier y fue inaugurado en su presencia el 7 de diciembre de 1986. Para tener el placer de conocer mejor su obra, pueden contactar con Éditions Billaudot, entre sus editores. Hay que saber que ha legado numerosos manuscritos a la Biblioteca Nacional y que pueden ser allí consultadas.
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Bibliografía
Frédéric Robert, Jean Rivier
Antoine Goléa, La Musique…
Revue « Le saxophone », boletín nº 32, abril de 1988
Claude Rostand, Diccionario de la música contemporánea
Testimonios de su familia

Jean Rivier obras

Catálogo autor de Jean Rivier
[ pdf - 160 Kb ]Discografía
Grave et presto, pour quatuor de saxophones
Quatuor Defayet Pathé/E.M.I. C069.14187
Quatuor Mule Erato STU 70306
Quatuor Mule Erato LDE 3312
Brabants Saxfoonk Wartet Munich Record Hollands MK 103908
Quatuor Mule Decca LX 3142
Concerto pour saxophone alto, trompette et orchestre
Orchestre de l'O.R.T.F. Barclay 995.006
Solistes : R. Delmotte et Deffayet
Slovak State Philharmonic Orchestra - CD Marco Polo 8.225127
Concerto pour saxophone alto et trompette (version piano)
Saxophone : Shyen Lee
Trompette : Joseph Bowman
Piano : I-An Chen
Shyen Music CDP - 11001
Concerto pour saxophone alto, trompette et piano
Daneels, Vannetelbosch et Capelle Buffet B.C.B. 101B
Solistes : daniel Gremelle (sax) et Antoine Curé (trp).
Mule, Menardi, d'Arco Decca LXT 5287
Concerto breve, pour piano et orchestre
Orchestre de l'O.R.T.F. Barclay 995.006
Motord
Concerto pour flûte et orchestre
Orchestre Lamoureux Erato LDE 3307
Flûte : Jean-Pierre Rampal