Pierre Wissmer
Biografía

© Foto : Claude François
PIERRE WISSMER (1915–1992)
La obra de Pierre Wissmer lleva las huellas de su origen, de sus maestros, de su época. Asume todas estas influencias, las ha asimilado y a menudo sintetizado. Sobre todo, ha sacado fuerzas de su imaginario personal para conducir con voluntad y sin compromisos su recorrido de creador.
Nacido en Ginebra en 1915, desciende de un linaje vaudoise por parte de padre, mientras que por parte de madre, Xenia Kowarsky, tiene ascendencia rusa. Médicos ambos, sus padres supieron cultivar su talento y drenar sus pasiones. Su madre, de irresistible encanto eslavo, hablaba varias lenguas, amaba la música y canturreaba de buen grado arias de Chaikovski. Apreciaba igualmente la danzal el teatro y la literatura. Sintió rápidamente cómo orientar la educación de su hijo. Sin embargo, la guerra hacía estragos y acaparaba a los médicos. Fue necesario primero alejarse de la ciudad e instalarse en Corsier, a una docena de kilómetros de Ginebra, en un lugar que debe su encanto imperecedero a la luz y al movimiento pacífico de los veleros. Algunas distracciones puntuaron este periodo de retiro, especialmente una salida a los “Ballets rusos”, que anunciaban Petruchka. Este espectáculo conmocionó al niño, máxime teniendo en cuenta que este primer acercamiento musical se ligaba a una sensibilización hacia el genio ruso que despertaba la naturaleza de su madre.
Dos amigos de sus padres influyeron en sus gustos: uno, Stéphanie Guerzoni, era un pintor de gran renombre y la otra, Andrée Hess, una pianista de eficaz enseñanza. Bella y deportiva, desarrolló también los talentos del joven muchacho por la natación y el ciclismo. La pintura fue una pasión violenta, pero efímera ya que no resistió a los rigores de la enseñanza. La música, por su parte, se implantó poco a poco permanentemente.
Los estudios musicales serios de Pierre Wissmer comenzaron en el Conservatorio de Ginebra, mientras llevaba en el colegio una escolaridad que le permitió obtener el bachillerato en la sección clásica, con latín y griego. En el momento en que se inscribió en la facultad de derecho, por consejo de sus padres, el piano comenzó a suscitar en él un real interés y Robert Casadesus, que acudía regularmente a inspeccionar la escuela, le animó vivamente a perseverar en esta vía. Desgraciadamente la clase de armonía no respondía a sus aspiraciones estéticas: ni Ravel, ni Honegger, ni Stravinsky eran dados como ejemplos y los únicos modelos de Beethoven y César Franck no le satisfacían. La vitalidad de las corrientes musicales de la Suiza romana se intuía entonces a través de nombres como Jacques Dalcroze, Ernest Ansermet, Frank Martin. Sin embargo, las relaciones mantenidas con Francia y que se concretizaban en la personalidad de Ernest Ansermet, conducían de modo natural a dirigir a los jóvenes músicos hacia el Conservatorio de París. Así pues, el joven estudiante había decidido que debía prepararse para los exámenes de entrada.
La pianista Jacqueline Blancard y Jules Gentil se encargaron de suavizar su técnica y le formaron de cara a la admisión en la célebre Escuela. Tras ser el primero de los admisibles, relaja su esfuerzo, se deja distraer por preocupaciones galantes y fracasa en el concurso decisivo. ¿No es un signo del destino? Otras vías se abren ante él. Es recomendado a Roger Ducasse que acaba de suceder a Paul Dukas en la clase de composición y que acepta tomarlo como oyente a la espera de la vacante de una plaza. La personalidad de Roger Ducasse le fascina, su cultura y su exigencia profesional le obligan a perfeccionar su formación técnica y especialmente en las disciplinas de escritura. Se inscribe pues en la Schola Cantorum donde Daniel Lesur, que formaba parte entonces del consejo de dirección, enseña contrapunto. Entre alumno y maestro, solo siete años mayor que él, se establecen relaciones amistosas que perdurarán a lo largo de sus vidas.
Probablemente, fue gracias a Daniel Lesur en la atmósfera liberal de la Schola que Pierre wissmer pudo profundizar en su propia naturaleza de creador. Aprendió a controlar no solamente las reglas del contrapunto sino también el método de pensamiento que induce ese arte y con gozo desarrolló en toda su obra tejidos cultos o graciosos. Sabe sacar provecho de los comentarios sobre la forma, la instrumentación, el equilibrio de las obras, propuestas siempre desde el respeto al autor. Siente la enseñanza de Daniel Lesur como liberadora, y escribe algunos años más tarde: “La escritura dejaba de ser un ejercicio estéril para convertirse en herramienta perfectamente afilada del compositor. Cierto, las reglas eran rigurosas, pero siempre justificadas por la perspectiva de un lenguaje claro, más elegante, más conforme a los propósitos y finalmente más personal.” Esta formación, completada por las clases de dirección de orquesta de Charles Münch en la École Normale de Musique, le permitió asegurar su lenguaje.
Intuición e imaginación dispensan generosamente las ideas y tras algunas obras de música de cámara, aborda la orquesta a la que servirá siempre con la pluma firme y franca de un colorista refinado. Su primer concierto de piano fue estrenado en la Radio por Jacqueline Blancard el 10 de octubre de 1937 bajo la dirección de Henri Tomasi. Al año siguiente, su primera sinfonía será dirigida en Winterthur por Hermann Scherchen y en 1939 compone “Le beau dimanche”, ballet en un acto sobre un argumento de Pierre Guérin, amigo gracias al cual hizo poco a poco contacto con Stravinsky, Poulenc, Sauguet, Cocteau, Bernac, Bérard y Hervé Dugardin del que permanecerá siempre muy cercano.
Movilizado durante la guerra con el estatuto especial de “Suizo del extranjero” (será nacionalizado francés en 1958), forma parte de un grupo de “artillería motorizada” llamada para asegurar relevos en destinos imprevisibles. En varias ocasiones viaja a Talloires, donde se reencuentra con Daniel Lesur con el que su amistad ne cesa de crecer. Luego debe alcanzar Ginebra donde varias de sus nuevas obras se estrenan, y especialmente su primer concierto para violín a cargo de la Orquesta de la Suisse Romande. En 1944, se le nombra profesor de composición en el Conservatorio de Ginebra y jefe de servicio de Música de Cámara en Radio-Ginebra. Debe responder a obligaciones de enseñanza y administración, pero en ningún caso descuidará lo que es una exigencia superior: la composición. Simultáneamente, su realismo racional le inclina a la acción y su vigor inventivo a la creación.
El periodo siguiente ve su producción diversificarse. Compone “Marion ou La belle au tricorne”, ópera cómica estrenada en concierto en Radio-Ginebra y que será representada en la Ópera cómica. Escribe numerosas obras de música de cámara para piano, voz y cuarteto de cuerda, música radiiofónica, de la que “L’histoire d’un concertó” le vale el Gran Premio suizo de la radio, y la segunda sinfonía. También es en esa época (el 6 de febrero de 1948) cuando se casa con Laure-Anne Etienne, joven pianista, alumna de Marguerite Long en el Conservatorio de París que va a secundar su carrera a partir de su instalación en París.
De 19952 a 1957, Pierre Wissmer ejerce las funciones de director-adjunto de programas de Radio-Luxemburgo, y luego de director de programas de Tele-Luxemburgo. A inicios de 1957, Daniel Lesur, entonces director de la Schola Cantorum, le llama como director adjunto (será director de 1962 a 1963) y le encarga igualmente la enseñanza de la composición y de la orquestación. En esta Escuela, donde se inscriben estudiantes adultos, a menudo de buena cultura general y de identidad múltiple, su acción formadora se convierte en radiante. Como confiesa a su joven alumno Jean-Jacques Werner: “Estar de acuerdo consigo mismo es esencial…”, pero añade, “sea cual sea el valor musical de su pensamiento musical, necesitará siempre de la escritura para conducirlo y animarlo.”
La escritura reclama todos sus cuidados. La escritura y no el lenguaje: “El problema del lenguaje me parece ser un falso problema que no ha atormentado nunca más que a músicos menores o grandes músicos en épocas menores de su creación…” Pero insiste, respondiendo a una pregunta sobre la elaboración de la obra, sobre los imperativos del trabajo: “”Búsqueda de una forma, elección de los materiales sonoros, equilibrio de los diversos elementos, pulsaciones dadas al discurso musical, puesta a punto de la polifonía (es decir, del diseño), luego de la orquestación (es decir, del color), fijación de todos los detalles de interpretación (respiración de los vientos, golpes de arco, matices, movimientos), tantas operaciones que exigen la minuciosidad del relojero, la paciencia del benedictino, guiádas ambas por la intuición del brujo.”
La importancia que Pierre Wissmer concede a sus funciones de educador no le aparta de su propia misión creativa. Obras poderosas ven la luz con el paso de los años, representativas de las mutaciones de su pensamiento que, en el ardor, la austeridad y la ascesis, se afirma siempre noble y con clase. La música sinfónica y el teatro son los dos ámbitos que parecen destacar. Si los encargos le invitan a ello a veces (la de la ópera “Leonidas” para las Juventudes Musicales de Francia especialmente), su gusto personal también le empuja. Prosigue con regularidad su ciclo de sinfonías, la tercera para cuerda sola, las siguientes para la orquesta completa, elabora un discurso renovado cada vez en sus intenciones expresivas. Su ciencia instrumental le predispone también a dirigirse a los solistas en el marco del concierto. Tras haber seleccionado el clarinete (1960), la trompeta (1961) y el oboe (1963), escribe para la flauta el “Concertino-croisière” el mismo año (1966) que el “Concerto valcrosiano”, encargo de Estado, que debe su nombre a la aldea provenzal de Valcros donde pasa sus vacaciones de verano.
En 1965 recibe el Gran Premio Paul Gilson de la Comunidad Radiofónica de Programas de Lengua Francesa por su gran oratorio “Le quatrième mage”, cuya primera audición se produce en la Radio de la Suisse Romande bajo su propia dirección. En 1967, el mismo año en que compone, sobre argumento y coreografía de Michel Descombey, el ballet “Christina et les chimères”, que difundirá la Televisión, recibe el Gran Premio de la Ciudad de París por “Quadrige”, cuarteto para flauta, violín, violonchelo y piano. La música de cámara le atrae con mucha frecuencia. Tras “Quadrige” compone una “Sonatina para flauta y guitarra”, y luego un “Quinteto de viento” en el que ha buscado, precisa, “una armonía equilibrada entre el virtuosismo inherente al género y las estructuras sonoras y formales que condicionan toda música pura”.
¿No es, en efecto, hombre de equilibrio, aliando –como lo hacen notar Bernard Gavoty y Daniel Lesur en un corto retrato– “la claridad francesa, la precisión suiza, un gusto italiano por el brío una punta de abandono eslavo que debe de venirle de su ascendencia materna?”
En esos años 1960/1970 se ve conducido a viajar, para dirigir o para enseñar. Se ve así encargado de un curso de orquestación y análisis en el Pabellón de Música durante la Exposición Universal de Montreal. Por otra parte es nombrado director de la Escuela Nacional de Música, Danza y Teatro de Mans en 1969, así como profesor de Composición y Orquestación en el Conservatorio de Ginebra en 1973. La ciudad de Ginebra coronará diez años más tarde su carrera y su dedicación musical en Suiza concediéndole el Gran Premio Musical de la Ciudad de Ginebra por unanimidad. Es sin embargo en Francia, en Valcros, donde terminará su vida, en 1992, poco tiempo después de que su esposa haya dejado de sostener su actividad.
Es ella quien comenta su obra con mayor pertinencia: “¿La música de Pierre Wissmer es clásica, romántica o moderna? Ninguno de estos tres aspectos excluye ineluctablemente a los otros dos. Si su música no es en absoluto paseísta, será sin embargo temerario querer encerrarla en una u otra de las ‘escuelas’ que han ilustrado nuestro siglo. Se acuerda generalmente reconocerle un gran virtuosismo de escritura, tanto sobre el plano polifónico como sobre el orquestal. Pero, quizá convendría mejor aún descubrir la sutil adecuación del lenguaje a un pensamiento muy personal, robusto y tierno, donde la embriaguez de vivir se enfrenta a inquietas interrogaciones.”
El público, por su parte, se ha adherido siempre a esta obra, aplaudiendo no solamente los ballets y los espectáculos líricos, sino convirtiendo en éxito grandes obras sinfónicas o concertantes. Cada uno percibe, en efecto, en el movimiento trágico o sereno del mensaje, el soplo de un hombre cuyo poderoso pensamiento solo es formulable y comunicable por los sonidos.
Pierrette Germain

Pierre Wissmer obras

Consultar las páginas oficiales de Pierre Wissmer
[ www.pierrewissmer.com ]
Catálogo autor de Pierre Wissmer
[ pdf - 60 Kb ]Video
Film écrit par Eric Darmon et Anne de Fornel, Réalisé par Eric Darmon
Original version subtitled in English
Discografía
> 2018 / Claves Records claves 1811 - Pierre Wissmer : Oeuvres concertantes
DIVERTISSEMENT SUR UN CHORAL, for orchestra
2E CONCERTO POUR VIOLON and orchestra
CONCERTINO-CROISIERE, for flute and orchestra
SONATINE-CROISIERE, for flute and harp
Hungarian Symphony Orchestra
Eva Zavaro (violin), Christel Rayneau (flute), Anne Ricquebourg (harp)
Alain Pâris (conductor)
> 2017 / VDE-GALLO Records-1463 - Compositeurs genevois
2E QUATUOR A CORDES
Quatuor de Genève: François Payet-Labonne (violin), Sidonie Bougamont (violin), Emmanuel Morel (viola), André Wanders (cello)
> 2016 / ”Pierre Wissmer un portrait” (DVD)
”PIERRE WISSMER, UN PORTRAIT”, film of 52 minutes by Éric Darmon and Anne de Fornel, distributed with Classica n° 183 of June 2016.
Film also available on the website of Action Musicale Pierre Wissmer.
> 2015 / Naxos 8.505241 - coffret pour le centenaire du compositeur - 5 CD
CD 1 - 8.573208:
Symphonie n° 1
Concerto n° 1 pour piano
Concerto n° 1 pour violon
Orchestre National d’Ukraine - Frédéric Lagarde (piano) - Amaury Coeytaux (violin)
Fabrice Gregorutti (conductor)
CD 2 - 8.573209:
Symphonie n° 2
Orchestre de la Suisse Romande
Edmond Appia (conductor)
Symphonie n° 3
Orchestre Léon Barzin
Jean-Jacques Werner (conductor)
Symphonie n° 4
Hungarian Symphony Orchestra
Alain Pâris (conductor)
CD 3 - 8.573210:
Concerto n° 2 pour piano
Concerto Valcrosiano
Hungarian Symphony Orchestra - Georges Pludermacher (piano)
Alain Pâris (conductor)
CD 4 - 8.573211:
Symphonie n° 5
Symphonie n° 6
Orchestre Philharmonique des Sudètes
Dominique Fanal (conductor)
CD 5 - 8.573212 :
Symphonie n° 7
Philharmonie d’État d’Olsztyn
Dominique Fanal (conductor)
Symphonie n° 8
Orchestre Léon Barzin
Jean-Jacques Werner (conductor)
Symphonie n° 9
Orchestre Symphonique du Mans
Dominique Fanal (conductor)
Sonate
Trois études
Piano : Anne de Fornel
Enregistrement Editions Hortus 094 / Distribution Codaex
DVD le Quatrième Mage
Oratorio on a libretto of W. Aguet
Narrator: M. Lonsdale / Soprano: J.J. Gauthier / Tenor: M. Fockenoy / Baryton: J.-L. Serre
Choir and Trinité Orchestra
Conductor: Fabrice Grégorutti
Recording MARCAL 090401
Symphonie n°3
La Balle au bond
Baryton: Frédéric Bialecki
Orchestre Léon Barzin / Conductor: Jean-Jacques Werner
Recording INTEGRALE
Concerto n°2 pour piano et orchestre
Claudine Perretti
Conductor: Pierre Wissmer
Concerto pour violon et orchestre
Violin : Gabrielle Devries
Orchestre de la Suisse Romande / Conductor: Edmond Appia
Recording SEPTQUANTUM QM6918
Trois concertos
Concerto n°2 pour piano et orxchestre
Concerto N°3 pour violon et orchestre
Concertino-croisière
Piano: Isabelle Ochmichen / Violin: Annie Jodry / Flute: Frédéric Werner
Orchestre Léon Barzin / Conductor: Jean-Jacques Werner
Recording MARCAL 010101
Actualidad

CD release: Divertimento for orchestra, and Concerto pour guitare for guitar and orchestra, by Thibault Cauvin (guitar) and the Orchestre de Douai, under the direction of Jean-Jacques Kantorow, for the label Claves Records - 50-3018/19.
Conciertos
1er et 3 octobre 2023: DIVERTIMENTO
Orchestre symphonique
Concierto por:
Orchestre Sinfonietta Tübingen - Dir. : Oliver Hasenzahl
Filderstadt et Tubingen, Allemagne
2 novembre 2023: CONCERTO POUR PIANO N°1
Piano et orchestre
Concierto por:
Orchestre symphnique de Karlovy Vary - Pno. : Anne de Fornel
Dir. : Ondrej Vrabec
Karlovy Vary, République Tchèque